SIENDO CHUS
Nací en Barcelona.
Construí una carrera sólida en el mundo de la comunicación.
Proyectos icónicos. Figuras de renombre.
Industria de la belleza. Moda. Glamour.
Pero no me quedé ahí.
También escribí. Dirigí.
Y encontré en las palabras
una forma de tocar la verdad.
De explorar lo humano.
De expresarme sin filtros.
Sin planearlo, creé mi propia marca.
Un espacio para crear sin permiso.
Diseñé. Soñé. Jugué.
Y llegué lejos:
Rita Ora. Pharrell Williams.
Éxito, decían.
…
Pero en la cima,
el silencio.
El vacío.
Había tocado el cielo de lo externo,
pero por dentro… nada.
Desolador.
El verdadero inicio.
Soltar.
Desaprender.
Liberar.
Un viaje crudo.
Áspero.
Doloroso.
Pero también
necesario.
Purificador.
Regenerativo.
Y en lo más hondo,
la Magia.
La Vida,
al fin,
en sintonía.
En Amor.
Tenía todo.
La empresa.
El amor.
La casa.
El reconocimiento.
Todo lo que soñé.
Todo lo que creí necesitar.
Escalé muy alto
Muy alto.
Y allí arriba,
nada.
La soledad.
El eco de una vida que no era mía.
La vida, en su feroz sabiduría,
me lo arrancó.
Uno por uno,
todos mis falsos refugios.
Y así,
sin huella,
llegué al sur.
A un ashram perdido en Portugal.
Solté la piel.
Los nombres.
Los miedos.
Me arranqué de mí.
Hasta quedar vacía.
Hasta no encontrar ni un solo “yo” donde sostener-me.
Y en ese abismo,
el milagro.
El fuego real.
El Amor sin máscara.
La Alegría sin dueña.
Revelaciones
Años quemando lo que no era verdad.
Años de no hacer.
De desaparecer.
Silencio.
Soledad.
Oscuridad fértil.
Sin buscarlo,
algo brotó.
Una mirada nueva.
Un don antiguo.
Ver más allá de las máscaras.
Sentir la esencia.
Reconocer la historia no contada:
dónde están.
qué los detiene.
qué los llama.
No lo aprendí.
Me encontró.
Hoy guío desde ahí:
hacia la verdad de cada una.
Hacia la fuerza que ya son.
En el camino,
mujeres de alma ancha
se cruzaron conmigo.
Más allá del nombre.
Más allá del éxito.
Mujeres que se atrevieron a parar.
A dejar caer el hacer.
A recordar el Ser.